Hola, Pepe:
Acabo de abrir el correo y me encuentro con esta noticia de la muerte de Candiota. Es una verdadera pena. Dinos cómo fue, si estaba enfermo.
Cuando leí tu mail no pude menos que pensar en Ana, ella tuvo una precognición una noche en el teatro y la angustió mucho. Al día siguiente, en El Marchal lloró por la exactitud como había visto el futuro de Candiota... misterios del alma...
Un abrazo dolorido por la muerte del maestro.
Un abrazo dolorido.
sábado, 5 de abril de 2008
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