sábado, 5 de abril de 2008

JESÚS AGUIAR Brasil

Estimado Pepe.

Quiero expresar mis sentimientos por la muerte del compañero y defensor de la cultura popular. Pero queda la memoria de su lucha y su idealismo.

Anexo un poema que habla del destino del canto.

Abrazo a todos.



DESTINO DEL CANTO
Atahualpa Yupanqui

Nada resulta superior al destino del canto.
Ninguna fuerza abatirá tus sueños,
porque ellos se nutren de su propia luz,
se alimentan de su propia pasión;
renacen cada día, para serlo.

¡Sí! La tierra señala a sus elegidos.
La alma de la tierra, como una sombra,
sigue a los seres indicados para traducirla
en la esperanza..., en la pena..., en la soledad….

Si tú eres el elegido, si has sentido el reclamo de la tierra,
si comprendes su sombra, te espera una tremenda responsabilidad:
puede perseguirte la adversidad; aquejarte el mal físico;
empobrecerte el medio; desconocerte el mundo…

Pueden burlarse y negarte los otros. Pero es inútil.
Nada apagará a la lumbre de tu antorcha,
porque no es solamente tuya:
es de la tierra, que te ha señalado.

Y te ha señalado para tu sacrificio, no para tu vanidad.

La luz que alumbra el corazón del artista
es una lámpara milagrosa que el pueblo usa
para encontrar la belleza en el camino,
la soledad..., el miedo..., el amor... y la muerte.

Si tú no crees en tu pueblo, si no amas, ni esperas;
ni sufres, ni gozas con tu pueblo, no alcanzarás a traducirlo nunca:
escribirás, acaso, tu drama de hombre huraño, solo sin soledad;
cantarás tu extravío lejos de la grey,
pero tu grito será un grito solamente tuyo, que nadie podrá entender.

¡Sí! La tierra señala a sus elegidos
y, al llegar al final, tendrán su premio:
nadie los nombrará; serán lo “anónimo”;
pero ninguna tumba guardará su canto.

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